Todos hemos soñado alguna vez con ser invisibles y poder hacer cosas que deseamos con todas nuestras fuerzas, sin que nadie pueda darse cuenta. ¿Pero es realmente posible volverse invisible?.
La invisibilidad no es ni mucho menos imposible ni sobrenatural; el aire y muchos gases son invisibles. Si recordamos un principio básico de la física, cuando una onda (como la luz) incide sobre un cuerpo, éste puede hacer tres cosas: absorberla, dejarla pasar o reflejarla. En realidad un objeto es visible sólo cuando es opaco, es decir, cuando absorbe la luz que recibe. Ahora bien, si un objeto refleja la luz, como el cristal, aunque en realidad no lo estemos viendo sí notamos su presencia porque nos vemos a nosotros mismos. Por lo tanto la invisibilidad consiste en dejar pasar la luz, como hace el gas, sin absorberla ni tampoco reflejarla. ¿Cómo podemos lograr esto con un objeto sólido, como nuestro propio cuerpo?
Lo cierto es que el cine no ha acertado mucho al hablar de líquidos o pastillas de una fórmula misteriosa que ingeridos provocan la invisibilidad, que es lo típico en las películas de hombres invisibles. Al parecer sólo se ha acercado a la realidad la mujer invisible de los cuatro fantásticos, que repele la luz a su alrededor creando un campo de fuerzas. Aunque tendría que ser un campo de fuerzas realmente potente para curvar de esa forma los rayos de luz, esta curvatura es posible de acuerdo con la teoría de la relatividad.
Un problema es que un hombre que fuera invisible, seria ciego, ya que sus ojos no podrian absorber la luz, luego como dice el refran: “El que algo quiere, algo le cuesta”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario